Permite evaluar el máximo aprovechamiento de las capacidades y aptitudes de un individuo para desarrollar una tarea, siempre y cuando esa labor no acentúe rasgos patológicos de su personalidad.
Podemos ver en que tipo de tarea mejora su rendimiento y como se adapta a la misma. Todo esto se realiza en función del puesto requerido por la empresa, que posee un determinado perfil de características para desempeñar el cargo, que se traduce en el lenguaje psicológico, en rasgos de personalidad adecuados para el mismo.
También es utilizado, cuando se moviliza el mismo personal de la empresa, por ejemplo en cambios de departamento, en ascensos y en evaluación de bajas del rendimiento.
A nivel preventivo, es de máxima seguridad para detectar signos de problemas orgánicos que pueden incidir en el desenvolvimiento efectivo del trabajo.
Muestra índices de angustia, ansiedad y agresividad, así como también síntomas neurológicos, puntos de conflicto y formas de relación con el medio, que permitan hacer la derivación pertinente para un tratamiento eficaz.
Esto ayuda a evaluar riesgo en conductores y en sujetos que deben realizar tareas con máquinas que no permiten distracción ni fallas en la atención.
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